The Lord’s message arrived strong to the ancient cities of Nazareth, Capharnaum, and Jerusalem; it interrupted as an agent of kindness, mercy, and transformation, that was lived not just in physical health, but also in emotional, spiritual, familiar, social, economic, and political well-being.
El mensaje del Señor llegaba con fuerza a las antiguas ciudades de la Nazaret, Capernaúm y Jerusalén; irrumpía como un agente de bondad, misericordia y transformación, que se vivía no solo en la salud física sino en el bienestar emocional, espiritual, familiar, social, económico y político.